EU and Africa: Renewables Boost Instead of Fossil Fuel Imports / UE y África: impulsar energías renovables en lugar de importar combustibles fósiles (ECO 9, SB56)

15 June 2022

COP27 is a critical opportunity to put Africa’s priorities for tackling the climate crisis in the spotlight. Importantly, it is also a chance for others to step up and support Africa’s agenda. ECO particularly looks towards Europe building on its responsibilities as former colonisers, neighbours, and resource extractors. Faced with huge challenges of addressing energy poverty while securing a just transition away from fossil fuels in some countries, and leapfrogging fossil fuelled development altogether in others, Africa is a continent at a crossroads with two possible futures. Africa can become a clean energy leader with decentralised renewables powering a more inclusive society and a greener economy, or it can become a large polluter that is burdened with stranded assets and economic instability.


Africa’s situation deserves extraordinary attention as it is the continent least responsible for but most threatened by the climate crisis. Africa’s 1 billion citizens have contributed less than 1 per cent of the world’s cumulative greenhouse gas emissions but are facing huge adaptation challenges and increasing climate-driven losses and damages. ECO also wants to stress the importance of pursuing a sustainable development-centred approach to climate and energy goals, which respects African ownership, community, and civil society participation. Despite these challenges,Africa has expertise in adaptation and climate innovations, abundant renewable energy (RE) potential, a young and growing population that is ready to work, and goods and raw materials – especially the critical minerals needed for renewable energy technologies.
The energy sector is critical to enabling socio-economic development, tackling gender inequalities, addressing health challenges, and stimulating economic recovery. The energy cooperation between Europe and Africa should focus on (1) ending energy poverty through universal (decentralized) renewable energy access (including to clean cooking), (2) accelerating renewable energy financing and deployment, (3) powering key industries and sectors for Africa’s socio-economic transformation, and (4) maximizing energy efficiency.


Support to tackle these issues requires financing, complemented by technology transfer and capacity-building. Additional financing for Just Energy Transition Partnerships should focus on these priorities and cannot waste time and resources on euphemistically named ‘transition’ fuels (fossil gas) which will lock Africa into a slow and expensive build out of stranded assets.  


The European Commission’s plan for energy security (REPowerEU) was released recently and includes boosting renewables and an energy savings plan. These are good steps, but insufficient to deliver energy security for all, and not sufficiently compatible with the Paris Agreement. However, the self-imposed imperative of moving away quickly from Russian fossil gas is leading to a rush into other gas imports from regions across the world, while also deploying plans for new LNG infrastructure at a speed never seen before. 


EU Commissioners and some governments’ representatives have been seen travelling to African countries and are now prioritising investments into new gas purchases. But fossil gas must be kept in the ground to get the world on a 1.5°C pathway (and failing to do so will have particularly dire consequences in Africa). The EU’s plans could contribute to locking in developing and EU neighbouring countries to fossil fuels, sending a torn message leading up to COP27 in Egypt.

The EU should not achieve its emission reduction targets and energy security at the expense of outsourcing its energy transition to vulnerable countries, which face the biggest impacts of climate change and need support in switching to energy efficiency and renewable energy for their own domestic needs. Instead, the EU should more quickly reduce its reliance on fossil gas use overall and fulfil its obligations to massively increase support for its African neighbours by accelerating the financing and use of renewable energies, as envisaged in many African NDCs.

SPANISH / ESPAŃOL

UE y África: impulsar energías renovables en lugar de importar combustibles fósiles

La COP27 es una oportunidad crítica para poner en el centro de atención a las prioridades de África para abordar la crisis climática. Es importante destacar que también es una oportunidad para que otros den un paso al frente y apoyen la agenda de África. ECO mira particularmente hacia Europa, sobre la base de sus responsabilidades como antiguos colonizadores, vecinos y extractores de recursos. Enfrentada a los enormes desafíos de abordar la pobreza energética mientras se asegura una transición justa para alejarse de los combustibles fósiles en algunos países, y superar por completo el desarrollo basado en combustibles fósiles en otros, África es un continente en una encrucijada con dos posibles futuros. África puede convertirse en un líder de energía limpia, con energías renovables descentralizadas, impulsando una sociedad más inclusiva y una economía más verde, o puede convertirse en un gran contaminador, agobiado por activos varados e inestabilidad económica.

La situación de África merece una atención extraordinaria, ya que es el continente menos responsable, el pero más amenazado por la crisis climática. Los mil millones de ciudadanos de África han contribuido con menos del 1 por ciento de las emisiones acumuladas de gases de efecto invernadero del mundo, pero enfrentan enormes desafíos de adaptación, y crecientes Pérdidas y Daños provocados por el clima. ECO también quiere enfatizar la importancia de buscar un enfoque de desarrollo sostenible entrado en los objetivos climáticos y energéticos, que respete la propiedad africana, las comunidades, y la participación de la sociedad civil. A pesar de estos desafíos, África tiene experiencia en adaptación e innovaciones climáticas, abundante potencial de energía renovable (ER), una población joven y creciente que está lista para trabajar, y bienes y materias primas, en especial los minerales críticos necesarios para las tecnologías de energía renovable.

El sector energético es fundamental para permitir el desarrollo socioeconómico, abordar las desigualdades de género, abordar los desafíos de salud y estimular la recuperación económica. La cooperación energética entre Europa y África debe centrarse en 1) poner fin a la pobreza energética mediante el acceso universal (descentralizado) a las energías renovables (incluida la cocina limpia), 2) acelerar la financiación y el despliegue de las energías renovables, 3) impulsar industrias y sectores clave para la transformación socioeconómica de África, y 4) maximizar la eficiencia energética.

El apoyo para abordar estos problemas requiere financiamiento, complementado con transferencia de tecnología y desarrollo de capacidades. El financiamiento adicional para las Asociaciones de Transición Energética Justa debe centrarse en estas prioridades, y no se puede perder tiempo y recursos en combustibles eufemísticamente llamados de “transición” (gas fósil) encerrando a África en una construcción lenta y costosa de activos varados.

El plan de la Comisión Europea para la seguridad energética (REPowerEU) fue lanzado recientemente e incluye el impulso de las energías renovables y un plan de ahorro de energía. Estos son buenos pasos, pero insuficientes para brindar seguridad energética para todos, y no son suficientemente compatibles con el Acuerdo de París. Sin embargo, el imperativo autoimpuesto de alejarse rápidamente del gas fósil ruso está provocando una carrera hacia otras importaciones de gas de regiones de todo el mundo, al tiempo que implementa planes para una nueva infraestructura de GNL a una velocidad nunca antes vista.

Se ha visto a comisarios de la UE y representantes de algunos gobiernos viajando a países africanos, y ahora están dando prioridad a inversiones en nuevas compras de gas. Pero el gas fósil ha de mantenerse bajo tierra para llevar al mundo a una senda de 1,5 °C (no hacerlo tendrá consecuencias particularmente nefastas en África). Los planes de la UE podrían contribuir a encerrar a los países en desarrollo y vecinos de la UE en los combustibles fósiles, enviando un desgarrado mensaje justo antes de la COP27 en Egipto.

La UE no debe alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones y seguridad energética a expensas de externalizar su transición energética a países vulnerables, quienes enfrentan los mayores impactos del cambio climático y necesitan apoyo para cambiar a la eficiencia energética y las energías renovables para sus propias necesidades internas. En cambio, la UE debería reducir más rápidamente su dependencia del uso de gas fósil en general y cumplir con sus obligaciones de aumentar enormemente el apoyo a sus vecinos africanos, acelerando la financiación y el uso de energías renovables, tal como se prevé en muchas NDC africanas.

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