Stop Climate Madness – Pay Up For Loss and Damage! / Detengan esta locura climática: ¡Paguen por las pérdidas y los daños! (ECO 7, COP26)
8 November 2021
Today, it is exactly 8 years ago that super-Typhoon Haiyan, one of the most powerful tropical cyclones ever recorded, made landfall in the Philippines. As one of the deadliest Philippine typhoons on record, it killed at least 6,300 people in that country alone and led to economic damages of about US$2.2 billion in the country.
The reality of the climate crisis was pushed right into the negotiation rooms, when Filipino lead-negotiator Yeb Sano gave a very emotional speech, after his hometown was destroyed by the typhoon. He pledged to fast until climate talks showed real progress and called on Parties to “stop this madness”. It was a turning point in the UNFCCC negotiations on Loss and Damage, and we saw the Warsaw International Mechanism on Loss and Damage established shortly after.
What has happened since 2013 in the real world? Science has proven beyond doubt that extreme weather events are becoming more frequent and more intense due to climate change – but people on the ground don’t need scientific proof. They have felt the consequences of climate change first hand through record-breaking storms, floods, and heat waves. Climate change violates their human rights and creates a daily climate emergency for millions of people. Estimates for economic loss and damage range between $290b to $580b for developing countries by 2030. These figures do not give us the slightest idea of the non-economic damage and the human suffering caused by climate change. And we are still not on a 1.5°C pathway, which is essential to contain the worst impacts of the climate crisis and to stop climate madness.
And what has happened since 2013 in the UNFCCC negotiation process?
Progress was made when Loss and Damage was acknowledged as a standalone topic through Article 8 of the Paris Agreement, and hence confirmed as a third pillar of the Climate Regime. But recognition hasn’t translated into action – since then, no meaningful new and additional finance has been put on the table to address loss and damage. Only single L&D measures have been supported. Collectively, developed countries have failed until now to provide adequate support to vulnerable populations who bear the brunt of climate impacts they are not responsible for.
This is why today, at the Loss and Damage and Adaptation Day, we are again shouting: Stop this Climate Madness and Pay up for Loss and Damage! COP 26 needs to provide sufficient and needs-based Loss and Damage finance, in addition to the yet-to-be-fulfilled $100b per year committed for mitigation and adaptation, on the basis of equity, historical responsibility, human decency and global solidarity, and in accordance with the polluter pays principle. And ECO is fully on board with finance sources that would get such money from, for example, fossil fuel companies (not only countries).
***Demand world leaders at COP26 to #PayUp4LossandDamage⚠️: https://climatenetwork.org/COP26-ACT
**** SPANISH ****
Detengan esta locura climática: ¡Paguen por las pérdidas y los daños!
Hoy, hace exactamente 8 años que el supertifón Hayan, uno de los ciclones tropicales más poderosos jamás registrados, tocó tierra en Filipinas. Como uno de los tifones filipinos más mortíferos que se haya registrado, mató al menos a 6.300 personas solo en ese país y provocó daños económicos de unos 2.200 millones de dólares en el país.
La realidad de la crisis climática se llevó directamente a las salas de negociación, cuando el negociador principal filipino, Yeb Sano, pronunció un discurso muy emotivo, después de que el tifón destruyera su ciudad natal. Se comprometió a ayunar hasta que las conversaciones sobre el clima mostraran un progreso real y pidió a las Partes que “detengan esta locura”. Fue un punto de inflexión en las negociaciones de la CMNUCC sobre pérdidas y daños, y poco después se estableció el Mecanismo Internacional de Varsovia sobre pérdidas y daños.
¿Qué ha sucedido desde 2013 en el mundo real? La ciencia ha demostrado sin lugar a dudas que los fenómenos meteorológicos extremos son cada vez más frecuentes e intensos debido al cambio climático, pero las personas sobre el terreno no necesitan pruebas científicas. Han sentido las consecuencias del cambio climático de primera mano a través de tormentas, inundaciones y olas de calor que rompen récords. El cambio climático viola sus derechos humanos y crea una emergencia climática diaria para millones de personas. Las estimaciones de pérdidas y daños económicos oscilan entre 290.000 y 580.000 millones de dólares para los países en desarrollo para 2030. Estas cifras no nos dan la menor idea del daño no económico y el sufrimiento humano causado por el cambio climático. Y todavía no estamos en un camino hacia los 1,5°C, que es esencial para contener los peores impactos de la crisis climática y detener la locura climática.
¿Y qué ha sucedido desde 2013 en el proceso de negociación de la CMNUCC?
Se lograron avances cuando las Pérdidas y los Daños se reconocieron como un tema independiente a través del Artículo 8 del Acuerdo de París y, por lo tanto, se confirmó como un tercer pilar del Régimen Climático. Pero el reconocimiento no se ha traducido en acción; desde entonces, no se ha puesto sobre la mesa ningún financiamiento nuevo y adicional significativo para abordar las pérdidas y los daños. Solo se han respaldado medidas de Pérdidas y Daños individuales. En conjunto, los países desarrollados no han brindado hasta ahora un apoyo adecuado a las poblaciones vulnerables que soportan la peor parte de los impactos climáticos de los que no son responsables.
Es por eso que hoy, en el Día de la Pérdidas y los Daños y la Adaptación, volvemos a gritar: ¡Detengan esta locura climática y paguen por las pérdidas y los daños! La COP26 debe proporcionar financiamiento suficiente y basado en las necesidades para pérdidas y daños, además de los 100.000 millones de dólares anuales comprometidos para mitigación y adaptación que aún no se han cumplido, sobre la base de la equidad, la responsabilidad histórica, la decencia humana y la solidaridad global, y de acuerdo con el principio de quien contamina paga. Y ECO está totalmente de acuerdo con las fuentes de financiamiento que obtendrían ese dinero, por ejemplo, de las empresas de combustibles fósiles (no solo de los países).